19 de octubre de 2009

Me aficioné a los microrelatos

Así que ahí va uno, a ver que tal.

Entre en aquel garito. Me dirigí a la barra y pedí lo de siempre. Como siempre durante ese minuto que va desde que pedí hasta que me trajeron lo pedido, miré distraidamente a mi alrededor. Distraidamente, percibí la presencia, al otro extremo de la barra, de un cliente, un hombre algo mayor que yo. Nunca me suelen llamar la atención los clientes de aquél bar, pero este si lo hizo. Me resultaba extrañamente familiar. Sus gestos, su manera de sostener la copa.. Estuve observándolo durante unos minutos sin que él advirtiera que lo estaba haciendo, es curioso pero ese hombre me recuerda sorprendentemente a mí. No le dí mayor importancia. Me puse a leer el periódico.

- ¿qué te debo? - dijo por fin el cliente.
- ¿Esa voz? - pensé mientras levantaba la vista del periódico disimiludamente.

El hombre sacó una billetera, relamente curiosa.

- ¡¡Corcho, si es igual que la mía!! - me dije a mi mismo.

Mientras el camarero le traía las vueltas, sacó un cigarrillo, curioso la misma marca que yo y se lo encendió con un encendedor tipo Zippo, ¿a que no te lo imaginas? Igualito que el mío.

- Oye, esto me mosquea. Demasiadas coincidencias - en mi interior empezaba a tener una extraña sensación. ¿no seré yo mismo pero dentro de unos años?

El hombre cogió su cambio y mientras abandonaba el local, dando una profunda calada a su cigarrillo me miró y me soltó:

- Nos vemos dentro de unos años - y me guiñó un ojo.

Me quedé helado mirando fijamente hacia la puerta, sin salir de mi asombro miré mi copa medio llena unos segundos.

- Tengo que dejar la bebida.

1 comentario: